sábado, 17 de marzo de 2012

BUSCANDO VIDA.-

Desde que que vi la planta la encontré rara. Como no sabia que clase de planta era, di las instrucciones necesarias para que la cuidasen y así poder ver su desarrollo. Primero nacieron unas hojas estrechas y de las que lateral mente salían unas segundas hojas muy parecidas a la hoja central, su color verde intenso era muy atractivo, yo estaba intrigado porque seguía sin saber a que especie pertenecía. Creció y creció hasta conseguir unos veinte centímetros de altura y casi por sorpresa apareció un capullo herméticamente cerrado. Así pasaron varios días, el bulbo seguía engordando y sin ganas de querer abrir. Una mañana muy temprano fui a visitar mi extraña planta y para sorpresa mía el verde capullo había empezado a abrir, casi sin ganas, pero ahí estaban sus tímidas aberturas y tras varios días de espera mostró la flor mas fea que había visto en mi vida, de color blanco, lechoso, aspero, parecía que ya nacía seca. Me acostumbre a verla. Se fue desarrollando y de tanto mirarla me pereció que asomaban unas figuras geométricas muy raras. Me acostumbre a visitar esta planta, pero, una mañana que la estaba mirando, de repente soplo una suave brisa y todos sus pétalos  salieron volando en la dirección que soplaba el viento. Unos cayeron pronto a tierra, otros por el contrario subían y subían hasta perderse en el horizonte, comprendí que aquellos pétalos portaban las semillas que tras arraigar en distintos sitios granarían nuevas plantas, nuevas vidas que darían flores tan feas como lamia. La planta se fue secando a partir de ese momento hasta desaparecer, pero esta misma mañana al pasar por el lugar donde había vivido , la planta estaba emergiendo de la tierra y me alegre porque nuevamente tendría mi fea flor portadora de vida.

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