domingo, 6 de noviembre de 2011

RECORDAR


Con los ojos entornados,

me he puesto a recordar.

Recordé tiempos pasados,

donde, de ti, me empecé a enamorar.

Ni eras niña ni mujer,

la inocencia en tus ojos,

aun se podía ver.

Mirada pura entre abrojos,

que yo, intente corromper.

Alabando tu pudor,

a los cielos yo clame,

pidiendo a Dios por mi perdón,

por haber sentido amor

en niña, que no mujer,

sin saber que con el tiempo,

la volvería a querer,

cuando ya fuese mujer,

y, que supiera de amor,

sin pasar por el dolor,

de tener funesto amor.

Como se abre la flor,

cuando ya la besa el Sol,

así tenga ella amor,

y, abierto su corazón

para el niño que la amo,

cuando ni era niña ni mujer.

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