domingo, 2 de octubre de 2011

NADA




Ni brisa, ni vendaval,
ni aromas de bellas flores.
ni pensamientos de amores.
Ni rutilantes estrellas,
ni nubes cual algodones,
que suspendidas del cielo
se acicalan en el espejo,
del lago que cubre el hielo.
Ni los lirios cerca del río,
tiesos, helados del frío.
Ni el jilguero que cantaba,
que no cesa de piar,
porque se muere de amor,
de llamar tanto a su amada,
que murió en cepo traidor,
acudiendo a su llamada.
Nada queda por contar,
cuando el amor se acaba,
sea la causa cual sea,
el dolor que te enloquece,
no deja pensar en nada.

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