Esta mañana he amanecido en mi casa del campo. Ayer cuando llegue lloviznaba, caía una lluvia menuda y sin fuerza, sin embargo el día amaneció gris, casi negro, así todo el día. Al llegar la noche ceso de llover, lo hizo poco a poco, con desgana y esta mañana aun quedan algunas nubes dispersas por un cielo rabiosamente azul.
A estas horas de la mañana, el Sol no ha aparecido en todo su esplendor, pero, ya hace calor y las cigarras están cantando desde bien temprano. Yo me he levantado antes de lo habitual, y, he salido a dar un paseo por los alrededores de la casa, solo he podido andar por los caminos, el agua de la reciente lluvia ha calado en los huertos y no he podido pasar porque la tierra se ha convertido en barro, siendo imposible recolectar frutas y verduras, me he conformado en coger un puñado de higos de una higuera que parte de sus ramas dan al camino. Los higos se los he regalado a mi hija María, le gustan mucho, así frescos y recién cogidos. María esta pasando unos días con nosotros, en mi casa del campo. Esta hija es la que mas nos suele acompañar y atender a su madre y a mi. Es nuestra hija mayor y siempre la ha gustado estar con nosotros. Me ha preparado el desayuno, como siempre, zumos de pomelo y naranja, tostadas de pan con aceite de oliva, leche fría y café recién hecho.
Hoy después del almuerzo estoy invitado a una corrida de toros, son las fiestas en este pueblo y me han invitado las autoridades locales, así que va a ser muy difícil que deje de ir, me apetece mas estar en mi casa descansando que es a lo yo vengo haciendo por estas fechas, llenarme de pura naturaleza y recopilar fuerzas para seguir con mi trabajo diario.
A estas horas de la mañana, el Sol no ha aparecido en todo su esplendor, pero, ya hace calor y las cigarras están cantando desde bien temprano. Yo me he levantado antes de lo habitual, y, he salido a dar un paseo por los alrededores de la casa, solo he podido andar por los caminos, el agua de la reciente lluvia ha calado en los huertos y no he podido pasar porque la tierra se ha convertido en barro, siendo imposible recolectar frutas y verduras, me he conformado en coger un puñado de higos de una higuera que parte de sus ramas dan al camino. Los higos se los he regalado a mi hija María, le gustan mucho, así frescos y recién cogidos. María esta pasando unos días con nosotros, en mi casa del campo. Esta hija es la que mas nos suele acompañar y atender a su madre y a mi. Es nuestra hija mayor y siempre la ha gustado estar con nosotros. Me ha preparado el desayuno, como siempre, zumos de pomelo y naranja, tostadas de pan con aceite de oliva, leche fría y café recién hecho.
Hoy después del almuerzo estoy invitado a una corrida de toros, son las fiestas en este pueblo y me han invitado las autoridades locales, así que va a ser muy difícil que deje de ir, me apetece mas estar en mi casa descansando que es a lo yo vengo haciendo por estas fechas, llenarme de pura naturaleza y recopilar fuerzas para seguir con mi trabajo diario.
Es un lugar, tu casa, digno de ser disfrutado incluso en el barro de sus caminos que recojen las huellas de heberse caminado; y eso, es un orgullo.
ResponderEliminarSi lo deseas, envía un saludo a Mari con mís mejores deseos.