lunes, 14 de marzo de 2011

EN MI CASA DEL CAMPO

Esta mañana he amanecido en mi casa del campo. Ayer cuando llegue lloviznaba, caía una lluvia menuda y sin fuerza, sin embargo el día amaneció gris, casi negro, así todo el día. Al llegar la noche ceso de llover, lo hizo poco a poco, con desgana y esta mañana aun quedan algunas nubes dispersas por un cielo rabiosamente azul.
A estas horas de la mañana, el Sol no ha aparecido en todo su esplendor, pero, ya hace calor y las cigarras están cantando desde bien temprano. Yo me he levantado antes de lo habitual, y, he salido a dar un paseo por los alrededores de la casa, solo he podido andar por los caminos, el agua de la reciente lluvia ha calado en los huertos y no he podido pasar porque la tierra se ha convertido en barro, siendo imposible recolectar frutas y verduras, me he conformado en coger un puñado de higos de una higuera que parte de sus ramas dan al camino. Los higos se los he regalado a mi hija María, le gustan mucho, así frescos y recién cogidos. María esta pasando unos días con nosotros, en mi casa del campo. Esta hija es la que mas nos suele acompañar y atender a su madre y a mi. Es nuestra hija mayor y siempre la ha gustado estar con nosotros. Me ha preparado el desayuno, como siempre, zumos de pomelo y naranja, tostadas de pan con aceite de oliva, leche fría y café recién hecho.
Hoy después del almuerzo estoy invitado a una corrida de toros, son las fiestas en este pueblo y me han invitado las autoridades locales, así que va a ser muy difícil que deje de ir, me apetece mas estar en mi casa descansando que es a lo yo vengo haciendo por estas fechas, llenarme de pura naturaleza y recopilar fuerzas para seguir con mi trabajo diario.

1 comentario:

  1. Es un lugar, tu casa, digno de ser disfrutado incluso en el barro de sus caminos que recojen las huellas de heberse caminado; y eso, es un orgullo.
    Si lo deseas, envía un saludo a Mari con mís mejores deseos.

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