¿ Donde está la Musa que me iluminaba ?Cuando estaba enamorado
sin Musa, Yo me bastaba,
pero ahora, me siento abandonado.
¿ Donde se fueron mis celos,
mis lloros y mi quebranto?
A Ti te tapan mil velos
y yo no puedo con tanto.
En la mano la pluma,
quieta, sigue esperando
que Tu, Musa,envíes idea alguna.
Con humildad te lo estoy rogando.
Para poder escribir, necesito,
de los celos, los quebrantos,
del mozo enamorado
y la niña suspirando.
¿ Donde todo se ha quedado?.
Donde se hallan las bonitas ninfas
ResponderEliminarque dormitan al rebujo de los ríos.
Asomaros bellas musas inspiradas
salpicando como el agua mís sentidos.
Saltad como gotas de brillo
de la fuente que os cobija por capricho
de los dioses Olimpo en albedrío.
Venid hermosas corriendo a mís pupilas.
Calíope, madrina de sílabas cantarinas
en mís batallas perdidas.
Tu,Érato,acompáñame ninfa amorosa
en mís versos de triste despedida,
regálame a la voz de mís conjuros
sutiles versos de amor embravecido,
las mejores metáforas para el olvido.
Venid mís dulces ninfas
nacidas del capricho, susurrantes
a colmarme los sentidos.
Eloisa
...tu poesia, con musa o sin ella llega mucho mas hondo, en la sinceridad, la verdad, los sentimientos, las emociones, las palabras, los versos, que las palabras rebuscadas de los que creyendose en posesión de ella nada dicen que interese, pues el vacío de lo que no se comprende, por muy bien que se quiera decir nada transmite..bueno si, indiferencia y pasar página hasta encontrar otro sentiminto, otra emoción, otra verdad en tu poesía. Te felicito por todo lo bueno y bonito que nos transmites en cada palabra, en cada verso de toda tu poesía...un abrazo
ResponderEliminar... "Las grandes elevaciones del alma no son posibles sinó en la soledad y en el silencio".
ResponderEliminar¿Cuantas musas (ninfas griegas de los ríos y fuentes, con nombre propio)habrá de necesitar para expresar con belleza un sentimiento, quien no aprendió a escuchar la verdad del sonido de su propio silencio, sinó el albedrío de su cuerpo?.
Las Musas están con quienes saben regocijarse en la sencillez de aquello que se les ofrece, sea una flor, un silvido lanzado al aire, un silencio ante una palabra vacía...
Las musas, Juan, están tambien contigo.