miércoles, 11 de noviembre de 2009

NOCHES DE HOTEL


Llegué al hotel, entré en la habitación,
silenciosa, triste, vacía,
y recordé con nostálgica adoración,
las noches que contigo la compartía.
Aquellas noches largas,
cálidas, alegres, llenas de vida,
¿Las recuerdas?
Hablábamos en susurros,
de nuestras cosas, con fantasía,
y hacíamos el amor,
porque nos apetecía.
Y rendidos, pero felices,
cogidos de las manos,
nos dormíamos, hasta el nuevo día.
Yo despertaba primero,
y tú dormías.
Yo embelesado te miraba,
con los ojos te acariciaba,
te adoraba,
mientras tú seguías confiada,
durmiendo a mi lado.
Con mis suaves caricias,
te despertabas,
y lenta, muy lenta, como un felino,
te desperezabas.
Tus caricias se unían a las mías
y nuevamente jugábamos con el amor,
ya de día.
Y esta habitación,
hoy hostil, silenciosa, triste, vacía,
era antaño,
alegre, hermosa, plena de amor y de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario