En un rincón de mi Alma,
con gran dolor,
guardo,
el tesoro de tu amor.
De aquel amor que me diste,
sin ninguna condición.
Aquel amor,
largamente disfrutado,
en largos días,
y cálidas noches.
La pasión nos embargo,
dando suelta al placer.
Recuerdo cuado empezó,
y, olvide cuando acabo.
Fue una continuación,
que cada segundo asumió.
Algo nos empujo,
a disfrutar, con pasión,
la verdad de este amor
que de nada se privó.
Así fue como el Destino,
nos arrebato,
lo que la Vida nos dio.
sin aviso,
a la Muerte te entrego.
Cuando al fin te deje,
allí, sola,
tan solo estaba yo,
que muriendo de dolor,
recogí los recuerdos
del placer de nuestro amor,
y, guardando lo mejor.
en el fondo de mi Alma,
bien guardado se quedo.