A la vuelta de la esquina estaremos en Primavera y la Huerta Murciana ha sido prolifera por la gran cantidad de flores que en la misma se crían. Cuando era niño, en el mes de Mayo, en mi escuela, la maestra ayudada por varios alumnos confeccionaba un altar dedicado a la Virgen María y durante todo el mes los niños y niñas debíamos traer diariamente nuestro ramo de flores para adornar este altar. Por turnos y diariamente, dos niños debíamos de cooperar llevando un ramo de flores cada uno. Estas flores eran recogidas de nuestra Huerta, acción en la que colaboraban nuestras madres, ya que, en todas las casas se cultivaban distintas variedades de flores cuidadas principalmente por las mujeres de la casa. Al mismo tiempo de la aportación del ramo, debíamos de aprender un corto verso, que delante de todos los compañeros recitábamos, casi siempre con poca fortuna ya que a pesar de que eran muy cortos nos costaba una burrada aprenderlos de memoria.
El día que me tocó actuar aun recuerdo el verso que recite y que decía así:
Flores, flores para la Virgen,
flores, flores para el Señor
y estas flores que te traigo,
te las doy de corazón
Toma las, tuyas son.
Al margen de esta pequeña anécdota, la verdad que en Primavera la Huerta Murciana era un verdadero vergel, deliciosos aromas se respiraban por doquier, las aguas corrían juguetonas por nuestras acequias y regueras y la Naturaleza nos cubría con su capa multicolor dándonos paz y felicidad
