sábado, 21 de mayo de 2011

INDIFERENCIA









Busqué calor entre la gente,
el calor que me faltaba,
el que mi amor impotente

de ti nunca lo lograba,

y, la gente me acogía

como un tempano de hielo,

con la misma indiferencia

de tu amor tan husero.

Y muriendo entre la gente

que pasaba indiferente,

sin saber que al no tenerte,

me iba causando esta muerte.

domingo, 15 de mayo de 2011

NECESITO

Necesito besar tus labios,
cual dulce granada.
Necesito mirarme en tus ojos,
color de avellana.
Necesito acariciar tu pelo,
cual miel dorada.
Necesito acariciar tu cuerpo,
cual seda robada.
Necesito apoyar mi cabeza,
sobre tu seno.
Necesito sentir tu calor
y cerrando los ojos,
llenarme de ti, con todo tu amor.
Necesito tener todo esto
en todo su esplendor.
Necesito apagar esta llama
que arde en mi corazón,
con el agua fresca
que emana tu amor.
¡Necesito! ¡ necesito!¡ necesito!.

RECUERDOS



Es Domingo 8 de Julio del año 2007, estoy en mi casa y como siempre tengo ganas de contar cosas, pero no siempre la Musa está predispuesta para contar nada, así que, poco a poco trataré de ir entrando en materia, de lo contrario, será mejor que deje de teclear, que reposen mis dedos, que repose mi mente y otra vez será. Como los atletas, hay que calentar para entrar en juego, y, hoy no estoy en forma, tengo que tantear para despertar la mente adormecida, tal vez, por el gran calor que hace se entra en un grado de sopor no habitual en otras épocas del año, por lo que sea o por lo que llevo escrito será mejor que deje de hacerlo y volver en otro momento mas positivo. Así que hasta la próxima ocasión, porque ahora me estoy quedando dormido, buenos días. Son según mi ordenador las 12 horas y 11 minutos.

DOS MAS



LUNARES.-

Los lunares que tu tienes,

yo no los tengo contados,

pero cariño las tienes,

todos muy bien situados.


PALABRAS.-

No puedo seguir escribiendo,

palabras,

que mi mano,

torpe, inerte,

es incapaz de plasmar,

con la misma rapidez,

conque las pare mi mente.




sábado, 7 de mayo de 2011

MI VALLE


Al fondo se ve una alta montaña, mi ventana es grande, pero no distingo bien las figuras que componen el contorno que unen montaña y cielo. Voy bajando la vista por la ladera, llena de enormes manchas de huertos de limoneros y naranjos. Mas cerca veo los tejados de la pequeña aldea, de casas blancas muy blancas en las que rompen los ardientes rayos del sol. Al mirarlas tengo que cerrar los ojos, cegados por el reflejo de sus luminosos rayos, me pongo una mano sobre la frente haciendo de pantalla, poco a poco los voy abriendo y poso mi vista sobre el ubérrimo valle, sembrado de toda clase de frutales. Aquí las casas están muy separadas unas de otras. Todas disponen de un avance o porche, donde practicamente hacen la vida sus moradores que se resguardan del ardiente sol en las horas que mas aprieta. También suelen tener unos pequeños jardines, con flores que perfuman el ambiente noche y día.
Unos huertos muy cuidados, les proveen de verduras, hortalizas y frutas, así como otros alimentos necesarios. En los corrales las aves y otros animales domésticos les aportan huevos y carnes. El pan se lo fabrican con los cereales que cultivan, las semillas las muelen en molinos que mueven las aguas de sus acequias.
Desperté de mis idílicos sueños al comprobar que mi valle lo partía por la mitad una grande y ruidosa autopista, por la que no cesaban de de rodar vehículos de todas clases, coches, motos y unos enormes camiones que parecían los dueños de la carretera. En la parte contraria a mi valle, haciendo fachada con la carretera habían construido un enorme polígono industrial. El progreso se había comido la mitad de mi valle, y,yo, desde una empresa industrial, desde un gran ventanal de la tercera planta de oficinas estaba contemplando el principio del fin de mi valle, de aquellos lugares tan naturales donde, hasta ahora ,no había llegado la contaminación, donde yo había nacido, me había criado, feliz muy feliz, sin los avances de la civilización y, de, los que ahora no puedo prescindir. No se hasta donde llegaremos en nuestros avances tecnologicos, ni donde nos llevara nuestra civilización, yo, personal mente, añoro aquellos tiempos, donde las aguas de mis ríos, mis acequias y mis regaderas corrían limpias, claras y puras, de ellas bebíamos directamente, nos bañábamos en las acequias y de cuyas aguas bebían nuestras huertas.

Allá por el mes de enero, cuando la "monda" de las acequias, ( limpieza que se hacia todos los años en las mismas fechas), pescábamos los peces que quedaban atrapados en las charcas . A mi madre le encantaba comer de este pescado de agua dulce. Era un pescado de carne blanca, con muchas espinas, pero como digo a mi madre le encantaba.

Volviendo a mi río, en estos momentos es una cloaca, el agua esta contaminada, los peces han desparecido, pero, la mitad de mi valle aun vive como antaño. No se lo que durará. Dejo de mirar por el ventanal, me concentro en el trabajo que estaba haciendo, tratando de olvidar aquellos años en que de niño jugaba con mis amigos, en plena armonía con la naturaleza y que me marco para siempre.

¿ QUE HAS HECHO ?

Kurí me envía este poema para su publicación.






Una noche de verano

( estaba abierto el balcón)

y la puerta de mi casa.

La muerte en mi casa entró.

Se fue acercando a su lecho,

- ni siquiera me miró-.

Con unos dedos muy finos,

algo muy tenue rompió.

Silenciosa y sin mirarme,

la muerte otra vez paso,

delante de mi ¿ Que has hecho ?.

la muerte no respondió.

Mi niña quedo tranquila,

dolido mi corazón.

¡Hay, lo que la muerte ha roto,

era un hilo entre las dos.


Autor : Encarnación Garrigós.